Biolíbere aporta a sus proveedores dos cosas fundamentales:
Por un lado, visibilidad y la oportunidad de vender sus productos. Muchas
veces el problema que tienen los proveedores ecológicos pequeños es que están
alejados de grandes núcleos urbanos como para vender sus productos con facilidad.
Sin embargo, al formar parte del catálogo de Biolíbere se acaba ese problema. Las
personas que hacen la compra en el súper tienen a su disposición productos
ecológicos de toda la península, así como de fuera de ella en el caso de productos
concretos como el cacao, el café o las infusiones, que son de comercio justo pero
vienen del otro lado del Atlántico. De esta forma, los proveedores encuentran en
Biolíbere la solución perfecta para darse a conocer y vender sus productos a un
público al que de otra forma tendrían difícil acceso.
Además, gracias al modelo económico de la cooperativa, logramos alejarnos del
tópico que defiende que la comida ecológica, de cercanía y de comercio justo es
una cuestión elitista que está solo al alcance de unos pocos. En Biolíbere una
familia de renta media puede realizar su compra básica a un precio asequible y con
productos de primera calidad.
Por otro lado, la oportunidad de formar parte de una red de proveedores que
defiende su mismo código ético. Aquí sobran las explicaciones. Son muchas las
ventajas que puede encontrar un proveedor pequeño al conocer a otros
proveedores con sus mismas inquietudes y similar forma de hacer las cosas. En
Biolíbere creemos en la necesidad de redes de apoyo y tratamos de construir
vínculos sólidos entre personas y entidades afines. ¡Cuanto más juntitos y revueltos,
mejor!