Para despedirnos antes de las vacaciones, os traduzco aquí una receta de galletas riquísimas y muy nutritivas y energéticas que me han salvado la vida más de una vez en los momentos en los que mi histaminosis no me deja comer casi nada.
La receta de base se la debo a Pia Gans, creadora de Les intolérants gourmands, unos talleres de gastronomía para «intolerantes glotones» en los que transmite su saber culinario y nutricional.
Estas galletas, que pueden hacerse en versión dulce o salada, son ideales para excursiones, pero también como merienda o tentempié en cualquier momento del día.
La receta
Ingredientes
Para unas 20 galletas de tamaño medio
- 50 g. de copos de avena sin gluten
- 30 g. de copos de avena sin gluten molidos en harina
- 90 g. de pipas de calabaza
- 90 g. de semillas de lino
- 70 g. de pipas de girasol
- 30 g. de semillas de chía
- 3 c.s. de semillas de sésamo
- 1 c.s. de sirope de agave o miel (opcional)
- 4 c.s. de semillas de lino molidas (emoliente)
- 1 c.s. de plantago psyllium (aglutinante y emoliente)
- • 1 c.c. de sal
- • 4 c.s. aceite de oliva (o cualquiera que pueda ir al horno, al gusto)
- 170 g. de agua
- 4 dátiles u orejones (o cuatro cucharadas de pasas variadas)
Elaboración
- Precalentar el horno a 180 ° (como máximo)*
- Triturar los dátiles (u orejones, o pasas; no tienen que estar muy finos)
- Mezclar los frutos secos triturados con todas las semillas, pipas y copos, enteros y molidos, más el psyllium, las hierbas (todos los ingredientes secos)
- En otro bol, mezclar todos los ingredientes líquidos (aceite, sirope o miel y agua) y luego vertirlo sobre la mezcla seca removiendo suavemente con una cuchara hasta absorción. Dejar reposar 10 minutos como mínimo, para que la mezcla absorba toda la humedad y se solidifique un poco
- Cubrir una placa de horno con papel sulfurizado untado con aceite
- Extender la masa sobre la placa aplastándola con las manos; a continuación poner otra hoja de papel sulfurizado encima y aplanar con un rodillo de pastelero hasta dejarla de un espesor de 3mm. más o menos.
- Ir dando forma retirando pasta de donde sobra y añadiéndola donde falta, hasta obtener un cuadrado (si se quiere). Hay que tener cuidado de que los bordes no queden más finos que el resto, porque se quemarán.
- Cortar el cuadrado según la forma que se desee dar a las galletas (rectangular, cuadrada, más o menos grande… esto es opcional: también se puede hornear la masa sin cortar, y luego, una vez cocida, se rompe dándole formas desiguales)
- Retirar la hoja de papel superior y meter al horno unos 20 minutos, hasta que la masa empiece a dorarse por los bordes.
- Retirar del horno y darle la vuelta a las galletas una a una (o bien a toda la placa de galleta, si no se ha cortado). Volver a meter en el horno otros 20 minutos, hasta que las galletas estén firmes.
- Degustar tibias o frías.
- Conservar en una caja hermética.
* Hay que tener cuidado con la temperatura, porque algunos granos pueden quemarse. La receta original dice 180º, pero también se pueden hacer a baja temperatura (por ejemplo, 150º, y simplemente dejarlos más tiempo en el horno, para evitar que los elementos más grandes se quemen.
Versión salada
Para la versión salada, se eliminan los orejones, dátiles o pasas y se añade 1 c.c. de hierbas de provenza (tomillo, romero, albahaca, orégano…) y tomates secos, por ejemplo. También podemos sustituir los 30 gr. de avena molida por la misma cantidad de harina de lentejas, que se obtiene simplemente moliendo lentejas amarillas o coral (es decir, sin la cáscara). Esto último le dará un toque oriental interesante a la galleta.
En esta versión, podemos cortar las galletas en cuadraditos más pequeños y servirlas como aperitivo.
Quienes no tengan mayores problemas con los frutos secos pueden variar los sabores sustituyendo las pipas de calabaza y de girasol por nueces o avellanas trituradas en trozos no muy finos, al gusto.
Para aumentar la asimilación y la digestibilidad de los frutos secos, se pueden poner a remojo antes de utilizarlos, aunque el procedimiento de cocción ya soluciona en buena medida el problema de los antinutrientes naturales de estos alimentos. Los tiempos de remojo cambiarán según el fruto. Podéis encontrar más información en este artículo de CuerpoMente.
Propiedades
Con todos los frutos secos que llevan, estas galletas resultan muy proteínicas, por supuesto, además de aportar ácidos grasos de gran calidad, en concreto, los omega-6 de las pipas de calabaza y de girasol, y los omega-3 de la chía y el lino, aunque, al ir cocidas, estos últimos se pierden en gran medida.
También contienen un buen aporte de fibra, gracias a las semillas de lino y al psyllium, grandes amigos del intestino.
Por otro lado, en la versión dulce es cierto que tienen un aporte de azúcar importante que las personas sensibles deberán tener en cuenta. Para bajar el índice glicémico será preferible utilizar el sirope de agave en lugar de la miel, o simplemente optar por la versión salada de la receta
Esta receta es
✅Gourmet ✅Mediterránea ✅Vegana
✅Sin gluten ✅Sin lácteos ✅Sin huevo
✅Completa ✅Energética ✅Digestiva ✅Antioxidante
¡Muy feliz verano a todos!
Créditos
Receta original de ©Pia Gans, Les intolérants gourmands.
Fotografías de Lola Illamel.