Hacer voluntariado en Biolíbere es uno de los requisitos para ser socio de la cooperativa y disfrutar del 7% de descuento en todos los productos de la tienda.
Cada persona debe realizar dos horas de voluntariado cada cuatro semanas, es decir, un turno de dos horas al mes, que solo pueden acumularse hasta llegar a los tres turnos de retraso.
Ahora bien, si en lugar de dos, la persona socia se compromete a realizar cuatro horas de voluntariado al mes, entonces obtendría un 10% de descuento en todos los productos y no pagaría cuota anual. ¡Todo un chollo para los amantes de Biolíbere: más tiempo en la tienda y un mayor descuento!
Las actividades que pueden realizarse durante las horas de voluntariado son muy variadas. Por ejemplo, en el supermercado te puede tocar atender en caja, recepcionar pedidos, reponer los nuevos productos, comprobar la caducidad, limpiar la tienda, empaquetar los productos a granel, etc.
También pueden realizarse tareas de apoyo a le gestión como grabar albaranes en el sistema informático, dinamizar las redes sociales, diseñar cartelería o desarrollar la web.
Por último, claro, es posible participar en la dinamización de actividades para la comunidad de socios y socias: organizar actividades y talleres, impartir cursos, echar una mano con la recepción de nuevos socios y socias.
No te preocupes si no tienes experiencia realizando estas actividades. El personal responsable (Lourdes y Emilio) más las personas voluntarias que haya en ese momento te explicarán sin problema lo que necesites y te guiarán en los primeros turnos. Además, contarás con el apoyo de las distintas comisiones en las que estamos organizados: Comunicación, Motorcillo (actividades), Informática y Financiación-contabilidad.
Para apuntarte a un turno fijo o puntual, comunicar una ausencia o apuntarte a colaboraciones extraordinarias, utilizamos una herramienta de gestión interna del voluntariado diseñada por la Comisión Informática de Biolíbere. ¡Eso facilita mucho las cosas!
En resumen, trabajar en Biolíbere es sinónimo de pasar una mañana o una tarde la mar de agradables. Todo el mundo puede participar de una forma u otra y a la vez nadie está obligado a realizar tareas de las que no se siente capaz; cuentan que hay incluso quien hace turnos de más y no lo dice.